Balance 2008

Acabamos de regresar de Laguna.
Un rápido repaso a vuelo de pájaro deja estas conclusiones:

El camino: fui por Santo Tomé-Sao Borja y llegué a Laguna vía Ijuí (donde hicimos noche en el hotel Vera Cruz a un precio accesible) y Vacaría. La ruta es muy bonita, en particular entre Vacaría y el enlace con la BR101 a la altura de Florianópolis. A partir de allí, un parto de los montes: los trabajos de duplicación convierten el tránsito en un caos. Lo sufrí a la vuelta hasta Osorio, donde enganchamos la autopista que rodea a Porto Alegre. El resto, normal. El cronómetro del auto marcó exactamente 20 horas entre Laguna y Córdoba, un buen promedio si se considera que hay casi 2.000 kilómetros.
La estadía: Laguna no cambia. Aunque hay que reconocer que son grandes los esfuerzos por mantener la ciudad y sus playas limpias. Todas las mañanas un grupo de operarios municipales dejan la arena bien barrida para que después lleguen los turistas y la ensucien, por supuesto. El agua está más cálida que años anteriores y no se observan problemas de subida de marea durante el día que achique las playas. El centro histórico está revitalizado: las casas coloniales lucen bien pintadas y los edificios antiguos están resplandecientes y bien iluminados.
En materia de seguridad se notó la presencia policial y no tuvimos noticia de ningún problema para los argentinso que estaban allá.
El tipo de cambio: 1 peso, 0,55 real. Un dólar, 1,75 real. O sea, hay que hacer la cuenta entre peso y real de 2 a 1. Los precios son parecidos a los argentinos, pero obviamente se desfasan cuando se aplica el tipo de cambio. Definitivamente, se acabó la época de ir de comprar a Brasil.